17 oct 10. Antony C. Sutton fue investigador en la Universidad de Stanford en el seno de la fundación Hoover de 1968 a 1973. El Dr. Sutton es conocido principalmente por su libro America's Secret Establishment: An Introduction to the Order of Skull & Bones (Los secretos del Establishment Americano: una Introducción a la Orden de los Skull & Bones). En éste describe una sociedad secreta cuyos miembros se afilian en la etapa en que son estudiantes de la Universidad de Yale, pero cuya membresía dura de por vida, así como el compromiso de mantener sus secretos.
A causa de sus investigaciones terminó la carrera de Sutton como miembro bien pagado del sistema académico, perdió su puesto de trabajo tanto en la Universidad de Stanfort como en la UCLA.
El Dr. Sutton venía investigando sobre hechos muy llamativos: Wall Street había financiado en su momento la caída del zarismo y la ascensión de Hitler al poder y no se explicaba que relación podría haber que hiciera que Wall Street no solo financiase extremos tan opuestos como Lenin y Hitler, sino que además les vendiese aquello que necesitaban para desarrollarse y convertirse en enemigos mortales. No encontraba en suma la causa por la que Wall Street había financiado a ambos bandos colaborando en generar así la Segunda Guerra Mundial.
En los años que siguieron a la revolución bolchevique los Estados Unidos la defendieron contra la invasión de Japón y empresas de Wall Street ayudaron el desarrollo del régimen; simultáneamente el gobierno de los EEUU les decía a los estadounidenses que los "rojos" eran asesinos y que nunca los EE. UU. establecerían relaciones con ellos. Así la Guaranty Trust Company dirigía una división de un banco soviético.
Sutton señaló que la capacidad de producción de las empresas IG Farben y Vereinigte Stahlwerke, que producían el 95% de los explosivos de Alemania en 1937-38, fue solamente posible con créditos (concedidos por el Plan Dawes) y tecnología estadounidense. Una cooperación entre I. G. Farben y la Standard Oil of New Jersey para producir gasolina sintética a base de carbón ha dado a la I. G. Farben el monopolio de esa producción durante la Segunda Guerra Mundial. La mitad de la producción alemana de gasolina estaba en sus manos y el resto en la de sus companias afiliadas. Según Sutton, sin el capital estadounidense de Wall Street no hubieran existido ni IG Farben, ni Adolf Hitler, ni segunda guerra mundial.
A principios de los 80 comienza a develarse el misterio al recibir una carta que le ofrece una lista auténtica de miembros de los S&B, le envían por correo expreso un paquete que contiene la nómina de socios vivos y fallecidos. La condición es que lo devuelva en 24 horas. La fuente quedó anónima por la misma índole de esta secta y Sutton ni siquiera dejó sus copias a nadie por la precaución que contuvieran algún tipo de código que rastrease la filtración; sin embargo da suficientes datos que no dejan dudas de su autenticidad... a aquellos miembros activos.
Entrevista al Dr. Sutton
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