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¿Y el Titanic? ¿Fue accidente?


25 ne 12. El reciente hundimiento del Costa Concordia trae a la actualidad que el próximo mes de abril se cumplen 100 años de uno de los acontecimientos más impactantes del pasado siglo como fue el hundimiento del mayor barco de la época en su primera travesía: el mítico Titanic. Este acontecimiento, tan recurrente en el cine, no tendría mayor interés hoy día si no fuera por tantas preguntas sin respuesta que circulan alrededor de este ¿accidente? y de las cuales se tiene información en la red para quienes quieran ahondar en el tema.

Además de nuestra teoría, por supuesto conspirativa, que expondremos a continuación, este centenario puede traer sorpresas, ya que Gran Bretaña desvelará este próximo Abril toda la documentación que celosamente ha mantenido en secreto durante estos cien años.

La novela que predijo el hundimiento

En 1897, un escritor estadounidense llamado Morgan Robertson, contó que tuvo una premonición la cual escribió en su novela "Futility"; esta era una obra sobre el hundimiento de un gran y gigantesco barco llamado Titán, 14 años antes del naufragio del Titanic. Esta historia contaba con lujo de detalle una historia muy, pero muy parecida a la del Titanic (tan solo fíjense en el nombre del barco). El Titán, casualmente, contaba la historia de un barco que zarpaba, al igual que el original, del puerto de Southampton (Inglaterra) y que se dirigía, también al igual que el original, a New York!!!

Por si fuera poco, el Titán era considerado, dentro de la narración de Morgan, como el barco más seguro de la historia y era además el barco más lujoso del momento. Estas no son las únicas coincidencias, hay varias más, como la fecha del hundimiento (en abril) el tamaño, velocidad que alcanzaban, capacidad de pasaje (más o menos 3.000 personas), incluso el sitio en el que se hunden: El Atlántico Norte. (Si quiere mas coincidencias y detalles: Aquí ).

Los adinerados que cancelaron su viaje

La obsesión del dueño del Titanic, el financiero sionista-illuminati y multimillonario J. P. Morgan, iba por fin a hacerse realidad: cubrir la travesía Southampton-Nueva York en siete días. Para ello disponía de tres maravillas flotantes: el Olimpic, el Britania y el Titanic. J. P. Morgan, que acostumbraba a viajar en todas y cada una de las travesías inaugurales de sus barcos, se negó rotundamente y sin razón aparente a embarcar en el primer trayecto que realizaba el estandarte de su compañía, el mejor barco del momento.

Otro caso que no deja de ser inquietante es el de Lord Gird, el máximo mandatario de la Harland & Wolff, empresa constructora de grandes buques de cuyos astilleros en Belfast había salido el Titanic. Al igual que Morgan, también se negó a partir en la mayor obra de su vida profesional, cuando usualmente solía hacerlo en los BARCOS que construía.

J. P. Morgan llamó a Robert Bacon, embajador estadounidense en París, quien tampoco embarcó a última hora alegando la necesidad de recibir a su sucesor en el cargo.

Pero quizás el suceso más llamativo lo protagonizó el acaudalado matrimonio Wanderbrigth. El mayordomo y el ama de llaves que les acompañaban habían llegado antes a los camarotes de primera clase con el propósito de acondicionar el elevado número de maletas y baúles que sus señores portaban. Sin embargo, diez minutos antes de que el barco zarpara decidieron renunciar a sus billetes, abandonando equipaje y sirvientes sin dar explicación alguna ni avisar a estos últimos de la incomprensible decisión que habían tomado, de forma tan inesperada como emocionalmente imperiosa.

Henry Clay Frick, el rey del acero, también canceló su viaje a última hora

Los adinerados que perecieron

Tres grandes magnates sionistas que viajaban en el Titanic se oponían a la creación de la Reserva Federal: John Jacob Astor, dueño del Empire State Building, Benjamin Guggenheim, el rey del cobre, e Isador Strauss, el dueño de los almacenes Macy´s, los mayores del mundo.


En Estados Unidos no había banco central desde 1830. Los Rockefeller, Rothschilds , Morgan y Warburg y sus testaferros (Aldrich, Vanderlip, Morgan y Waburg lo eran también de los Rothschilds) conspiraban para volver a crear un Banco Central para robar prestando dinero inexistente, lo que han hecho siempre. Esta es la base del timo del grotesco Capitalismo. Fue J.P Morgan quién financió y mandar construir el Titanic. Se había pensado varios métodos para asesinar a los opositores de La Reserva Federal. Al final se decidió que lo mejor era crear el mayor accidente de la historia para distraer a la población y también para acabar con el mayor número de magnates ricos de la Tierra, además de los 3 citados más arriba.

El experimentado Capitán

El capitán del Titanic, Edward Smith, era además un coadjutor jesuita. El barco partió de Inglaterra, la capital illuminati del mundo. Los jesuitas cavilaron todo presumiblemente a través de uno de sus hombres que desconocía el desenlace final. Smith era el mayor experto en Navegación con icebergs y llevaba ya 26 viajes por esa ruta. Sin embargo, falló con el barco mejor preparado de la historia. El capitán fue avisado con 8 telegramas que el barco iba a una velocidad muy alta, pero no hizo nada para detenerlo. Se mostró dubitativo y abatido durante todo el viaje. Además pusieron pocos barcos de salvamento para que la las muertes fueran mayores. Cambió de ruta, hacia zona de posibles icebergs.

Un jesuita

Embarcó en Inglaterra con un billete que pagó su tío, el obispo Robert Browne. El jesuita Francis Browne fue quien hizo todas las fotos conocidas del Titanic, usadas para convencer a la opinión pública de que aquello fue un fatal accidente. Siempre la mano jesuita, discreta y oportunista detrás de acontecimientos históricos.

Coincidencias, casualidades

Coincidencias, casualidades, ironías del destino... Lo cierto es que el naufragio de ese mítico buque dejó tras de sí una larga lista de preguntas sin respuesta: ¿Por qué, pese a los siete avisos de extremo peligro recibidos por la cabina del radiotelégrafo, la velocidad del Titanic no descendió en ningún momento? ¿Cómo es posible que de un lugar de tan difícil acceso como la cruceta de vigilancia desaparecieran los prismáticos, indispensables para el vigía, hasta el punto de que al carecer de ellos no pudo detectar el supuesto iceberg a tiempo? ¿Por qué un marino tan experto como el primer oficial Murdoch decidió realizar una maniobra suicida, estos es, invertir la marcha de las hélices en un barco de singulares características? ¿Cómo pudo permanecer el Titanic por espacio de 25 kilómetros en posición avanti un tercio en sus tres telégrafos de señales, después de que el Capitán ordenara arriar los botes? ¿A qué se debieron las extrañas anulaciones y la navegación a embarcar de personajes importantes en los momentos previos a a la partida del barco? ¿Cómo es posible que un novelista norteamericano describiera en forma tan fiel y detallada el hundimiento del trasatlántico catorce años antes de producirse?

A esto hay que añadir la aparición de supervivientes, como Edith Haisman o el matrimonio Harrigan, que en ningún momento existieron en las meticulosas listas oficiales que elaboró la White Star, lo que es tanto como decir que, pese a haber salvado sus vidas durante el naufragio, tales personas "jamás" viajaron en el Titanic. ¿Cómo es posible tal circunstancia?

En los últimos instantes el destino quiso ser benévolo y la quilla del barco, que hasta ese momento permanecía completamente vertical al agua, realizó un giro de 180°, evitando así que los supervivientes, en los botes de salvamento, contemplaran el dantesco espectáculo que se avecinaba. Cientos de desgraciados permanecían en la parte más salientes del Titanic a la espera de ser precipitados a las profundas fosas abismales. Con su horrible muerte se consumó una maldición que ha dejado multitud de preguntas sin respuesta; un misterio que permanece vivo, a casi 4,000 metros de profundidad.

El estibador de carga y descarga Frank Pretit declaró, en el juicio que siguió al hundimiento, que él había estado cargando material dinerario, gran cantidad de lingotes de oro y plata, en los amplios departamentos estancos del Titanic. El Banco de Inglaterra selló por espacio de cien años los registros de dichos transportes reconvertibles en valor de cambio, caso del oro y la plata. Por consiguiente, hasta el año 2012 no se sabrá la naturaleza del cargamento. La hipótesis que circuló con más fuerza en torno a este asunto, era que tal cantidad de metales preciosos correspondían al pago de armamento que Inglaterra hacía a los Estados Unidos de América.

Resultado

1912 - Muerte en el Titanic de muchas de las personas más ricas e influyentes del planeta

1913 - Instauración de la Reserva Federal Americana (Banco privado)

1914 - La Reserva Federal financia ambos bandos de la I GUERRA MUNDIAL

El Titanic fue fabricado para hundirlo, al igual que las Torres Gemelas de Nueva York fueron construidas para ser objeto de un autoatentado. Son así de chulos.

Vídeo que añade más información a lo aquí expuesto:


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