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Todos somos jesuitas
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Jesuitas y Vaticano,
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5 dic 14. Hay un montón de razones para mantener una estrecha vigilancia sobre Herman van Rompuy, el Presidente del Consejo Europeo. A principios de septiembre, Van Rompuy habló con el "diálogo interreligioso" en Florencia. La prensa mundial no se dio cuenta, pero, afortunadamente, todavía estaba la 'Katholiek Nieuwsblad' de Den Bosch, último recurso de Roma, en los Países Bajos. El periódico citó con orgullo a Van Rompuy como anunciando: "Estamos todos los jesuitas". Se refería a los prominentes líderes europeos con los que se está desarrollando la arquitectura para el futuro de Europa. "Se crea lazos irrompibles. Así que hay una Internacional jesuitas".
¿Quiénes son esas personas que Van Rompuy, el propio educado por los jesuitas en Sint-Jan Berchman College en Bruselas, estaba hablando? En primer lugar está José Manuel Durao Barroso, Presidente de la Comisión Europea. En segundo lugar, Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo. Van Rompuy también menciona al Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien fue educado en el Colegio Romano Jesuita Instituto Massimiliano Massimo. "El primer ministro italiano, Mario Monti, y su colega español, Mariano Rajoy, también han sido moldeados por los colegios jesuitas", añadió alegremente Van Rompuy. Afortunadamente no está Angela Merkel, la hija obstinada de un vicario de la antigua DDR, para actuar como un contrapeso.
Al escuchar a Van Rompuy, inmediatamente se darán cuenta de las similitudes de los jesuitas con Europa. Jesuitas formaron la vanguardia de la Iglesia Católica, al igual que la élite europea es la vanguardia de la integración europea. Ambos se retratan a sí mismos como "la élite", elevada por encima de la gente común. Sus métodos son muy similares. Se permite una mentira o engaño intencional sofisticado cuando esté enmarcado en el interés de una mayor meta. Un cinismo apenas contenido tipifica la actitud hacia el ciudadano normal, el tonto ignorante, que dentro de una democracia necesita ser protegido de sí mismo. Las élites católicas y europeas trabajan a través de los círculos interiores. El resto es prosa. Van Rompuy, Barroso, Monti y Rajoy son visitantes frecuentes a las audiencias papales.
No es de extrañar que esta mentalidad deje huellas en las estructuras europeas y sus métodos de trabajo. El BCE tiene un Consejo de veintitrés miembros, entre los que se encuentran los seis miembros de la Junta Ejecutiva de Gobierno. La configuración del BCE es apenas diferente de la del Vaticano. El Consejo de Gobierno no lo ocupa ninguna mujer, no es responsable ante un Parlamento y las actas de sus reuniones se clasifican. El Banco de la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón tienen que publicar las actas de sus reuniones de la junta. El BCE desempeña un papel central en la zona euro, moviéndose alrededor de miles de millones de euros, pero nadie sabe cómo el banco en Frankfurt toma decisiones. Al menos, el Papa tenía un mayordomo para exponer los secretos.
Es cierto, los euro jesuitas son intelectualmente superiores. Ellos son una forma más inteligente que Guy Verhofstadt, líder de la fracción liberal en el Parlamento Europeo y su homólogo verde Daniel Cohn-Bendit. En su libro "Para Europa" gritan sus metas en la parte superior de sus pulmones: una Europa federal con un gobierno, un impuesto europeo y un ejército. Lo único que falta es un servicio secreto y un líder, por lo que Europa está de vuelta a donde comenzó. Ponga un referéndum y el de los Estados Unidos de Europa se limita a Italia y Bélgica.
Incluso más tonto es el "informe final" de un puñado de Ministros de Relaciones Exteriores sobre el futuro de Europa. El informe está firmado por once de los veintisiete Estados miembros; una minoría, entre ellos los Países Bajos. El sospechoso habitual, el Reino Unido, no firmó y tampoco lo hizo Suecia o Finlandia. De los nuevos Estados miembros, sólo Polonia firmó. La conclusión del grupo: "El euro es el símbolo más poderoso de la integración europea". La operaciones de rescate y los fondos de emergencia muchos son convenientemente ignorados. Algunos entre los once ministros (no está claro cuáles) argumentan a favor de un ejército europeo. Tal ejército, sin duda, va a ser un tigre de papel, debido a que los ejércitos de los países del euro se están reduciendo rápidamente como consecuencia de la crisis. Sorprendentemente, Grecia pasa la mayor parte de sus fuerzas armadas por habitante! Sin embargo, Grecia no firmó. En resumen, estos once ministros, al igual que un equipo de fútbol desorientado, sobresalen en la puntuación en su propia portería.
Eso es algo que nunca le pasaría a los jesuitas. Su informe "Hacia una auténtica Unión Económica y Monetaria" sólo consiste en bloques de construcción y sugerencias. El informe sugiere la implementación de un sistema de garantía de depósitos europeo. Nada espectacular, por supuesto, es sólo una sugerencia. En un ejercicio sin dolor de las palabras a los ciudadanos que se moldean en un proceso de pensamiento que va más allá de ellos. Tan pronto como se dan cuenta de lo que la construcción de estos bloques de construcción tienen el propósito de crear, ya están atrapados en ella. Lo que solían ser sugerencias serán hecho consumado y los que se oponen están etiquetados como no razonables y rebeldes, como populistas.
Mientras tanto, el nunca elegido primer ministro Monti ha anunciado que comenzará una campaña europea contra el "populismo". Van Rompuy, también nunca elegido, inmediatamente le dio su apoyo. Monti había declarado anteriormente que los parlamentos nacionales no deben ponerse en el camino de los líderes europeos, refiriéndose con ello al Bundestag alemán. Ellos tienen que ser 'educados'. ¿Qué es el populismo para ellos? Es el 'ignorante' que se niega a seguir: los griegos enojados, los españoles que protestan, los Alemanes interesados y el holandés Euro-crítico. Una Europa con una mentalidad elitista necesita una reforma, pero eso es algo que la Internacional jesuita detesta. ¡Qué molesto populista que era, que Martín Lutero!
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