21 may 16. Para entender cómo un solo jesuita y su entorno es capaz de influir en las decisiones de un sujeto, transmitiéndole consejos que inciten a juicios acordes a las pretensiones de los Hijos de Loyola, hay que comprender que estos Hijos de Loyola trabajan como agentes infiltrados en todos los bandos implicados para generar problemas que provoquen reacciones necesitadas de soluciones.
Para comprender cómo y por qué un jesuita se presta a participar en estas conspiraciones, hay que sopesar su Juramento, de claro corte militar, donde garantizan una total obediencia sin vacilaciones a todas y cada una de las órdenes de sus superiores, llegando incluso en ocasiones a no ser conscientes del trasfondo de la misión en que están inmersos.
En la Monita Secreta, un documento interno de la Orden para enseñar cómo deben desenvolverse en su entorno, figura entre varias estrategias la conveniencia de ganarse la confianza del rico y del poderoso, o de cualquier persona que tenga influencia social. Valgan como ejemplos que junto a Albert Einstein estaba el jesuita Lemaître; junto a Napoleón el jesuita y asesor militar y político Emmnuele Siéyes; junto a Franco su confesor espiritual el Padre jesuita Llanos; junto a George Washington estuvo el jesuita John Carroll; junto a Fidel Castro el jesuita Armando Llorente... y un sinfín de ejemplos que serán expuestos en futuros artículos de este blog.
Ver: El Juramento Jesuita
Ver: El origen y veracidad de la Monita Secreta o instrucciones secretas de los jesuitas
Albert Picke (1809-1891) fue Soberano Gran Comendador del Antiguo y Aceptado Rito Escocés y miembro destacado del Ku Klux Klan. Picke, al igual que Alister Crowley y otros personajes, asegura haber recibido iluminación de un “Espíritu Guía” que le proporcionó una Hoja de Ruta para conseguir el Gobierno Único Mundial de la Nueva Atlántida.
Albert Picke es además célebre por atribuírsele junto al masón Giusseppe Mazzini un intercambio de cartas escritas en el siglo XIX donde se plasmó dicha Hoja de Ruta consistente en prefabricar las dos guerras mundiales del pasado siglo XX y una tercera contienda por desatarse. A mi entender, y siendo insólito el texto por acertar a la perfección en los acontecimientos posteriores, fueron otros los autores:
Ver: Picke y Mazzini no fueron los autores de las famosas cartas donde se presagiaban tres guerras mundiales
Para que aflore en este artículo la omnipresencia jesuita en todos y cada uno de los acontecimientos históricos de los últimos siglos y las respectivas conexiones que relacionan a los personajes implicados en este caso concreto, veamos estos detalles:
Según el autor antimasónico A.C. De La Rive, en su libro "La Femme et l'enfant dans la Franc-Maconnerie Universelle", Albert Picke estaba supervisado y aconsejado por el jesuita Pierre-Jean De Smet.
Pierre-Jean De Smet fue uno de los jesuitas más influyentes durante el siglo XIX en Estados Unidos.
A este jesuita, que estaba bajo la guía de su maestro en Roma, el Jesuita Superior General Jan Roothaan, se le encomendó la tarea de viajar por los territorios de los habitantes originales de Norteamérica. Esta dedicación le ocupó toda su vida, hasta que falleció el 23 de mayo 1873, logrando erigirse en uno de los escasísimos blancos que se ganara la confianza de aquellas tribus norteamericanas.
En 1845 realiza una gira por el país de los pies negros y aseguró una paz entre ellos. Luego cruzó las Montañas Rocosas de Canadá antes de viajar a lo largo del río Saskatchewan antes de invernar en un puesto de comercio de pieles en Canadá. Más tarde conoció a Brigham Young y un gran grupo de mormones cerca de Council Bluffs.
A De Smet se le dio autoridad por parte de William Sherman y los miembros de la Comisión de Paz de la administración y subvenciones para llevar a cabo negociaciones de paz con los Sioux. De Smet se reunió con Toro Sentado en junio de 1868. Un oficial del ejército, James Burns, afirmó que "ningún hombre blanco ha estado nunca cerca de igualar su atractivo universal con los indios." Las conversaciones fueron muy exitosas y los representantes de los Sioux acordaron firmar un tratado de paz en Fort Laramie.
El jesuita De Smet con jefes "indios"
Su modelo para los indios de las llanuras fueron las Reducciones Jesuíticas del Paraguay, que fueron clausuradas por los gobiernos de Portugal y España.
De Smet empezó a organizar a los indios en "reducciones", mientras se proponía utilizarlos como soldados para repeler el movimiento de colonos protestantes en el territorio de Oregon. Una de las masacres implicaba el uso de los indios Cayuse, matando a dieciocho protestantes, incluyendo a un médico Presbiteriano, el Dr. Marcus Whitman y su esposa Narcissa, en Waiilatpu el 27 de noviembre de 1847. Cincuenta y tres mujeres y niños fueron llevados cautivos y sufrieron "indescriptible [sexuales] " indignidades durante treinta días hasta que se pagó un rescate por su liberación.
Los Hijos de Loyola fueron acusados públicamente de esta atrocidad. El Pastor Henry Spaulding predicó a lo largo de su vida la duplicidad de la Orden Jesuita, tanto en la matanza de 1848 como en la posterior Guerra Cayuse como una conspiración para destruir el protestantismo en Oregón.
Pierre-Jean De Smet y los mormones
A medida que los mormones fueron perseguidos de un estado a otro, en busca de un lugar donde vivir en paz, buscaron el consejo de Jean Pierre Desmet, el jesuita explorador del oeste americano. Su descripción del magnífico valle de Gran Lago Salado les agradó mucho. Así Salt Lake City se convirtió para los mormones en lo que Roma es para los católicos, y el jesuita Pierre-Jean De Smet se encuentra allí entre las estatuas de los fundadores.
Brigham Young fue el segundo presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocidos como los mormones, fundados por el masón Joseph Smith tras tener una "visión". Young se llamó a sí mismo el Mahoma de Occidente y su Corán era el Libro del Mormón.
Brigham Young fue un masón de alto nivel manejado por el soldado jesuita Pierre-Jean de Smet, quien dio el culto mormón del Estado de la Unión de Utah.
Brigham Young, en el año 1846 en Council Bluffs, Iowa, tuvo una reunión privada con Pierre De Smet, uno de los más poderosos jesuitas americanos del siglo XIX. Siendo el más destacado jesuita de influencia entre las naciones indias, De Smet, utilizando al general confederado y Grado 33 masón Albert Pike, incitó a sus indios Sioux para el asesinato masivo de ochocientos luteranos blancos de Minnesota (norteños), mientras que solicitaba la exención de los jesuitas del proyecto del baño de sangre de Estados Unidos, erróneamente llamado "la guerra civil".
A pesar de que Pike fue un general confederado que cometió las barbaridades más atroces de la guerra, su tumba se encuentra a sólo 13 cuadras del edificio del Capitolio.
Fuentes consultadas:
- A.C. De La Rive, "La Femme et l'enfant dans la Franc-Maconnerie Universelle"
- Lady Queenborough, Occult Theocracy, pp. 220-221.
Para un neófito en estos temas conspirativos no son pruebas concluyentes y para mi tampoco. Pero la intuición y las sospechas que me generan tantas otras historias similares me llevan a las mismas conclusiones, sobre todo porque detrás de cada esquina siempre aparece un jesuita.
Jorge Guerra.
Muy interesante artículo que comparto y muy agradecido por tu magno trabajo de investigación gracias
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