El servicio secreto del Vaticano siempre fue la Orden de los Jesuitas. Voy a decepcionar a aquéllos que creen que los jesuitas no han sido más que una simple organización religiosa. El juramento de iniciación del 2° grado exige la muerte de todos los protestantes y francmasones. Por ejemplo, los jesuitas fueron la instancia que organizó la masacre de los Hugonotes. A ellos se deben las innumerables decapitaciones de protestantes y francmasones en Inglaterra, durante los siglos XVI y XVII. La Orden de los Jesuitas fue fundada en 1534 por Ignacio de Loyola, de origen judío, tal como lo fueron los tres primeros generales de la orden. El general de los jesuitas (el jefe) es tan poderoso que es llamado el “Papa Negro”.
Otras logias secretas se infiltraron con fuerza en la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial. Entre otras, ese fue el caso de la OSS (precursora de la CIA), del MI 6, de los miembros de la “Black Nobility” italiana, de los francmasones y de la logia P2 (Propaganda Dos); todas ellas logias bajo la protección del “Comité de los 300”. La logia P2 es la logia francmasona más influyente de Italia. La “Gran Logia del Vaticano” es anexa a ella; fue la que originó el “Escándalo P2” en 1976, cuando una lista de miembros de la logia fue presentada al Vaticano con los nombres y fechas de incorporación de 121 grandes dignatarios eclesiásticos, entre ellos, cardenales de la curia, arzobispos, obispos, prelados y legos.
En lugar de pedir explicaciones a las personas que aparecían en la lista, se llevó a cabo una verdadera caza de brujas para encontrar a los la habían publicado. Cualquier comentario es superfluo. Entre otros nombres aparecían el del secretario de Estado, Cardenal Jean Villot, el del ministro de relaciones exteriores del Vaticano, Agostino Casaroli, el del cardenal Sebastiano Baggio, el del cardenal Ugo Poletti y el del jefe del Banco del Vaticano, el obispo Paul Marcinkus.
Como ya hemos dicho, los Illuminati apoyan a los dos bandos de las naciones en guerra. Esto resultó cada vez más evidente al final de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo Allen Dulles (jefe de la CIA), mantenía encuentros secretos con el jefe de las SS, Gehlen. Se las arregló para hacer pasar a oficiales SS a Suiza bajo la cobertura de la Iglesia Católica.
Algunos oficiales de las SS tomaron el título de sacerdotes y fueron trasladados a otros países, principalmente a Argentina, Paraguay y Estados Unidos. Después de la Guerra, Gehlen recibió la misión de encargarse de la “Radio Libre de Europa”. Muchos de los SS fueron integrados en la CIA en esa misma época.
Otro miembro interesante del “Comité de los 300” fue Joseph Retinger. La CIA le dio su apoyo después de la guerra a fin de que pudiese concluir los contratos con el Vaticano. Entre otros, ganó para su causa al Dr. Luigi Gedda, consejero médico delpapa Pío VII y dirigente de las actividades católicas. Gracias a él, consiguió consolidar sus relaciones con el papa Paulo VI, que ya había colaborado antes con la OSS (Office of Strategic Services, Secretaría de Servicios Estratégicos), la organización que posteriormente se convertiría en la CIA.
Retinger se reunió también con el príncipe Bernhard de los Países Bajos (Holanda), con el Primer ministro italiano, con Sir Collin Grubbin, director del Special Operations Executive (Servicio Secreto Británico), y con el director de la CIA, el general Walter Bedell.
Antes de la guerra el príncipe Bernhard estaba en los SS, obteniendo, a continuación, un cargo en la I. G. Farben. Tras su boda quedó unido a la casa Orange-Nassau, y ocupó un cargo en la compañía Shell Oil. El pequeño grupo de personas citadas arriba se reunió en mayo de 1954 en el Hotel De Bilderberger en Oosterbeck, Holanda. Este fue el inicio del grupo que debía ser conocido, más tarde, bajo el nombre de Bilderberger. El príncipe Bernhard de Holanda, miembro del “Comité de los 300”, fue el primer director de los "Bilderbergers" (ver a continuación).
El cardenal Spellman fue un de los componentes de la CIA que tuvo una importante influencia en la Iglesia Católica. Spellman apoyó, entre otros, a la CIA, cuando ésta derribó la democracia en Guatemala en 1954. Fue también él quién presentó al papa al cura Paul Marcinkus, de Chicago. En 1971 Marcinkus fue nombrado arzobispo y jefe del Banco del Vaticano. Desarrolló también estrechas relaciones con Michele Sindona, miembro de la logia francmasona P2 y con Roberto Calvi. El gran maestre de la logia P2 era Licio Gelhi.
Roberto Calvi, jefe del Banco Ambrosiano, ayudó al Vaticano a transferir más de 100 millones de dólares US$ para el movimiento “Solidaridad” en Polonia. Más tarde resultó implicado en el gran escándalo de este banco. En 1982 encontraron su cuerpo colgado en el puente Blackfriars en Londres. En cada bolsillo había dos ladrillos y sus piernas estaban agarrotadas en ángulo recto. Era un asesinato ritual de los francmasones. Pero los diarios pasaron por alto estos detalles. Sindona se convirtió en consejero del Banco del Vaticano.
La logia P2 mantenía innumerables relaciones con el Vaticano, el Opus Dei y la CIA, y muchos de sus miembros ocuparon cargos elevados en el gobierno italiano. En enero de 1966, la revista Look publicaba el siguiente artículo: “ Cómo los judíos consiguieron modificar el pensamiento de la Iglesia Católica”. En él se describen con todo lujo de detalles las negociaciones secretas entre la logia judía B' nai B' rith y el cardenal Bea, representante de la Iglesia Católica. Probablemente el Vaticano sea la organización más rica del mundo. Una gran parte de su capital se encuentra en los bancos Rothschild.
No cabe la menor duda de que, con el transcurso de los años, el Vaticano fue tomado por el “Comité de los 300”, lo que explica las frecuentes visitas de Bush, Gorbatchev y otros jefes de Estado al papa. Estos ejemplos muestran tan solo "la punta del iceberg" del Vaticano”.
Otro ejemplo: el del asesinato del papa Juan XXIII. Por error el anuncio de su muerte apareció por a primera hora de la mañana del 3 de junio de 1963 en el diario mejicano. El Informador, publicado por la gran logia de francmasones del oeste de México (el papa Juan murió el 3 de junio de 1963 a las 19 horas y 49 minutos). Un interesante libro a ése respecto: es im. Namem Gottes (En nombre de Dios), de David A. Yallop.
También el actual papa Juan Paulo II tiene un pasado interesante, digno de ser mencionado. William Cooper, que trabajó doce años para la Naval Intelligence (servicio secreto de la Marina), escribió, en su libro Behold a Pale Horse, que durante la Segunda Guerra habría trabajado para I. G. Farben en Alemania, en la producción de gas para las cámaras de gas de los campos de concentración. Al finalizar la guerra, temiendo ser ejecutado por colaboración en crímenes de guerra, se refugió en Polonia bajo la protección de la Iglesia Católica. Habría permanecido allí teniendo una carrera semejante a la de Eisenhower, si no fuera que tardó algo más de tiempo en ser elegido cardenal Wojtyla y después papa.
En agradecimiento a sus amigos, el 27 de noviembre de 1983 levantó la excomunión a los francmasones, que constaba en el Codex Iuris Canonici. El actual papa conoce íntimamente el lenguaje secreto francmasón, el “apretón de manos de los francmasones” (una presión de mano particular que permite a los iniciados, reconocerse entre sí). Pero también son pruebas “manifiestas” su discurso con ocasión de una audiencia el 15 de septiembre de 1982, en que a propósito de la muerte del presidente libanés Gemayel, se refirió a Jerusalén como la ciudad de Dios. Dijo, palabra por palabra: “Jerusalén puede convertirse también en “la ciudad del hombre (City of man)”. “La ciudad del hombre” es un nombre clave de los Illuminati para referirse a dictadura mundial.
El 18 de abril de 1983, el papa recibió en audiencia a toda la “Comisión Trilateral”, casi 200 personas. Esta organización secreta había sido fundada en junio de 1973 por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski, ya que las organizaciones establecidas )como la ONU u otras), tardaban demasiado en instaurar el “gobierno mundial”. La “Comisión Trilateral”, organización elitista, tiene por finalidad agrupar en una sola entidad a los gigantes más eminentes de la industria y la economía de las naciones trilaterales (Estados Unidos, Japón y Europa Occidental) para crear a la fuerza y de una vez para siempre el Nuevo Orden Mundial.
Ofrece a la élite proveniente de diversos horizontes de la francmasonería, la posibilidad de una colaboración secreta a escala mundial. Debe también permitir a los Bilderberger extender su influencia, aportándoles una base política más amplia. La mayoría de miembros europeos mantienen, desde hace mucho tiempo, contactos con los Rockefeller. La Comisión Trilateral se compone aproximadamente de 200 miembros que, contrariamente a los Bilderbergers, son permanentes.
Podéis imaginar que el papa Juan Paulo II no invitó a todas esas personas para tomar una simple tacita de té.
Fuente: Sociedades secretas-revelaciones del siglo XX
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