El funcionamiento del Haarp no se basa en la emisión de ondas electromagnéticas hacía la ionosfera, tal como nos han ido contando hasta ahora, o han querido que pensáramos. Cualquier onda puede viajar hasta la ionosfera, o más lejos que esa, dependiendo de su potencia.
Tampoco es el funcionamiento del Haarp “tostarnos” desde los cielos. Eso también han querido que pensáramos, mirando con total desconfianza hacía los cielos cada vez que estábamos a punto de vomitar, y se me perdone esta cruda descripción de una mínima parte de la realidad de las y los afectados.
Lo que hace el Haarp es estimular las líneas o paredes Hartmann, que cubren el planeta Gaia desde polo a polo y también, como no, en dirección exacta norte-sur / este-oeste. Cada dos metros y medio se levanta una de esas paredes, y alcanzan alturas de entre 2000 a 8.000 metros, aunque se estima que llegan más lejos.
Esas paredes se originan desde dentro de Gaia. Son tan perfectamente delineadas, que da vértigo pensarlo, más comprobarlo con una brújula en mano. Están, y están desde hace siempre.
Esa emisión electromagnética escapa normalmente hacía el espacio. El grosor de una pared Hartmann, o pared-Hache (Pared H en lo sucesivo) es de entre 15 a 30cm. El grosor depende de lo libre que fluye la energía electromagnética hacía el espacio. Si hay algo que distorsiona ese flujo, las paredes se ‘congestionan’ y empiezan a engordar. Es fácil de imaginar. Si cerramos el tope a una depósito de goma, pero seguimos llenándolo, empezará ensanchar en el punto dónde mayor facilidad de expansión tiene. Se va llenando.
Resulta que ese punto es el de la superficie terrestre. Así que, cuando se le aplica un tope a una pared H, esta engorda lo más cerca de la superficie y en la superficie.
Aquí es dónde entra en juego el Haarp. Su misión es poder excitar a las paredes H. ¿Cómo lo logra? Pues con nubes chemtrail, cargados de metales y metales pesados. Simple de ver también. Las nubes chemtrails se cruzan con las líneas Hartmann, y el Haarp le mete a la zona una carga electromagnética-electroestática para congestionar el flujo.
Los resultados son simples de comprender: las líneas H se ensanchan inmediatamente por debajo de la superficie y en la superficie terrestre, afectando a todo ser vivo inmediatamente. La fuerza electromagnética suele llegar incluso al extremo de cargar a los seres con polaridad distinta a la del entorno, haciendo saltar chispas cuando esta situación se regula o invierte. Quedan afectados el sistema nervioso, el cerebro y todos los órganos, porque funcionan básicamente coordinados por electricidad. Pero también afecta a la composición y firmeza molecular, ya que son cargas eléctricas las que unen los tejidos.
De ahí viene el cáncer, parkinson, muerte súbita, alzheimer… y no hace falta seguir.
Si queremos, podemos dejar el tema aquí mismo. Quienes están fumigando saben perfectamente que están matando a millones de humanos y seres vivos mucho antes de tiempo (reloj biológico). Buscarles razones para esa actividad siniestra y de planetocidio más allá sobra.
Pero hay más, y conviene comprenderlo. En todos los países hay bases militares que provocan un terremoto a diez kilómetros bajo sus instalaciones, y siempre a la misma hora. Este hecho está comprobado, ha sido puesto en conocimiento de las autoridades españolas, y la respuesta impresa, con firma es de que no saben a que se debe.
Ahora ya no queda duda a que se debe. Las líneas Hartmann se excitan tanto con una descarga electromagnética (Haarp), como con energía de fricción de placas tectónicas. Es simple de comprender que quienes fabrican a diario miles de terremotos a diez kilómetros bajo la superficie están cubriendo la parte inferior de las emisiones Hartmann, estimulando la red Hartmann a estar vibrando con mayor potencial. De nuevo, es en la línea de planetocidio.
Pero aún hay más. ¿Se acuerdan de las nubes que vimos el otro día? Ahora ya saben para que sirven. Son las que anuncian terremotos, son barreras omnipotentes que aprietan a las líneas Hartmann hasta que han de liberar su energía de forma física. No se rían. Tengo una línea Hartmann con una intersección que ha resquebrajado la pared de mi casa. Afuera, la línea destruye durante unos 40 metros la calle, con desniveles de hasta 5 centímetros (grieta longitudinal). No quiero imaginarme lo que hace una línea Hartmann si se le pone un tope que la ahoga por completo.
Bueno, no hace falta imaginármelo. Ya saben ustedes además la razón de la violencia de los terremotos como de Lorca o Haití. No liberan su potencial como un terremoto natural, que busca precisamente la descarga a través de las lineas Hartmann. Liberan su potencial a ras de Tierra, destrozando como explosivos lo que esté en su camino.
Con esto han quedado al descubierto el Haarp y las y los que lo manejan. La interrelación entre chemtrails, formas cuadradas o geométricas de los mismos, Haarp, enfermedades, malestar, incapacidad para pensar o luchar, muerte… encuentra el nexo de unión que es la energía que libera la Tierra desde dentro.
Este texto resiste cualquier prueba científica. Cubre todos los datos que tenemos a nuestro alcance. Es así como lo hacen, 100%. Es medible, es visible, es constatable.
Distribuyan ese conocimiento lo más rápidamente posible. No hace falta que mencionen la fuente, nada de querer hacer de mensajeros. Insertar, y salir para ir al siguiente sitio. Así la población podrá protegerse, y con una brújula marcar las líneas en sus casas, jardines, trabajos, etc. Pueden hasta elegir la mesa de un restaurante de forma que les va a sentar realmente bien lo que coman. Podrán decidir que hacer con su vidas.
FUENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario