En los últimos años hemos visto, en España, y también en otros países de Europa, cómo han surgido iniciativas legisladoras, normalmente procedentes de partidos con ideologías de izquierda, que han reclamado la retirada de crucifijos y símbolos religiosos, en las escuelas públicas y centros institucionales, asociados a la religión católica.
Los gobiernos socialistas han defendido y aplicado leyes y medidas sociales que son opuestas a las que oficialmente defienden las confesiones religiosas, como por ejemplo los relacionados con los temas del aborto, la familia, anticonceptivos, la homosexualidad, cambios de sexo, etc...
Ahora bien, en esta situación, de neutralidad oficial religiosa, e incluso de posición contraria a la tradición religiosa, ¿Cómo es posible que todos, se dice que son casi todos pero en la realidad son todos, los gobernantes y miembros de las élites de los partidos políticos, de los gobiernos, estatal y autonómicos, de los altos mandos militares, del poder judicial, de la Banca, la Industria, etc..., sean masones consagrados?... ¿Pero qué demonios es esto, una conspiración?
Algunos personajes prominentes de la política y de las altas esferas, los menos, han reconocido ser masones, claro que porque esa información se ha filtrado de algún modo a los medios, y ha salido a a la luz, y entonces no les ha quedado más remedio que admitirlo. Pero la mayoría de ellos se esconden; esconden el hecho de que son miembros masones iniciados e iluminados, con un grado determinado y pertenecientes a logias numeradas de obediencia regular, o de cualquier otra índole.
Estos masones consagrados pertenecen a logias esotéricas y ocultistas de todo tipo, secretas, discretas, Illuminati, internacionales, del Gran Oriente, de París, del rito escocés, etc... Ellos dicen que admiten a personas con creencias religiosas de todo tipo. Les da igual, porque en realidad las logias masónicas ya tienen sus propias doctrinas y sus propios credos, que son compatibles con todas las corrientes sociales y espirituales, ya que están por encima de ellas.
Pero los masones dicen a la sociedad que no se preocupen, que no pasa nada, que ellos no pertenecen a ninguna religión ni a ningún partido concreto. Sin embargo, comparten principios, planteamientos, enfoques, metas homogéneas y coherentes, entre todos sus miembros. Forman fraternidades y hermandades, con lazos y pactos de sangre, con unos principios espirituales y morales determinados, e incluso lucen vestimentas y portan símbolos rituales, místicos y esotéricos, y están integrados en unas determinadas órdenes.
¿Deberían estar este tipo de personas de las logias de obediencia, al frente de los ministerios, de los gobiernos, y de todas las instituciones oficiales de un país? ¿Deberían ser estos personajes de las fraternidades secretas, nuestros Reyes, Presidentes y Ministros?
Pero ellos, los masones que gobiernan todas las parcelas de nuestra sociedad, dicen que estemos tranquilos, porque son "invisibles"; ¡hacen como que no existen!.. Dicen que no tienen religión, que no son militares, que no son políticos, que no son educadores, que no son economistas, que no son estrategas, etc... que ellos no tienen nada que ver con todo eso. "Ellos no son nada, no existen, y no tienen que ver con nada, son sencillamente Invisibles". ¡Pero resulta que en realidad lo manejan absolutamente todo. Manejan todas las instituciones internacionales y todos los gobiernos del mundo!. ¿¿??...
Nadie ha votado en las urnas a estas logias másonicas para que gobiernen nuestra sociedad. Sin embargo gobiernan y manejan absolutamente todo. ¿Dónde queda la democracia de las urnas si después mandan los Grandes Maestres de las Logias Internacionales, a los cuales nadie los ha votado? ¡Esto es una tomadura de pelo!...
Porque toda esa infinidad de logias y hermandades herméticas forman, a su vez, una única y misma Gran Logia Mundial. Ellos, en su cúpula directiva, ya tienen sus propias ideas, su propia doctrina, sus propias creencias espirituales, y sus propios programas para aplicar en la sociedad. Porque las logias se deben a su obediencia, y aplican sus propios programas a la sociedad. Es la Tiranía de las Logias. Estos dirigentes masones están obedeciendo a otros intereses ajenos, y por lo tanto, están cometiendo un delito de alta traición contra sus pueblos.
Quien intente aproximarse a las esferas del poder, y no pertenezca a esta Gran Hermandad Mundial, no tiene nada que hacer, no tiene futuro, y su carrera está terminada de antemano.
¿Acaso deberían estas personas, masones consagrados de las logias de obediencia, estar presentes, tranquilamente, en nuestras propias Instituciones, para reinarnos y gobernarnos?
Ellos están afiliados a su Fraternidad Mundial, como un Sindicato de las Sombras, para defender sus propios intereses, para asegurarse de que ellos van a seguir estando arriba, formando la Elite; y para ello necesitan que tú sigas estando abajo, formando "la masa sucia". Ese es el juego, y de eso se trata todo.
Es por el sentido común, por el bien de la sociedad, y por la higiene social, que debería hacerse una ley para prohibir la entrada en las instituciones públicas de todas aquellas personas que estén vinculadas a sociedades organizadas de obediencias extrañas y ajenas al bien común de la sociedad y de los pueblos.
Ya que el Movimiento de los Indignados del 15-M está reuniendo sugerencias de los ciudadanos para llegar a formar un nuevo modelo de sociedad, pues que tomen nota de ésta. Porque mientras la sociedad esté dirigida por logias secretas, conspiradoras, herméticas e invisibles, a las que nadie ha votado, no hay nada que hacer.
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