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El oro y el fin del mundo

2 mar 13. Por: Valentín Katasonov
Desde hace mucho tiempo el pueblo norteamericano y miembros del Congreso comenzaron a dudar si quedaba algo del almacenamiento oficial del oro en Estados Unidos y si así fuera, ese algo no tendría nada que ver con el oro. Durante el año 2012 hubo un flujo de informaciones en los medios internacionales, presentando evidencias irrefutables en el sentido que el mercado mundial estaba inundado de oropel y tungsteno, metal que tiene el mismo peso específico y que se emplea en reemplazo del metal amarillo. Existen muchísimos indicios indirectos que demuestran que los “banco-pandilleros”desde hace tiempo vienen metiendo sus manos en las reservas de oro de la Tesorería.

La última vez que representantes norteamericanos elegidos vieron el oro de Fort Knox (el más grande almacenamiento oficial de reservas) con sus propios ojos fue a comienzos de la década de 1950. Es decir, seis docenas de años atrás. Durante el 2012 la presión ejercida por el representante Ron Paul, crítico irreductible del Sistema de la Reserva Federal, logró imponer la decisión de llevar a cabo una auditoría con muestras.

Hace poco se realizó la auditoría. Poco se sabe de sus resultados. Ha habido algunas filtraciones en relación con las bóvedas subterráneas en Manhattan del Banco de la Reserva de Nueva York. El proceso involucró a una media docena de funcionarios de la Casa de la Moneda, de la oficina del Inspector General de la Tesorería y de la Reserva Federal de Nueva York. El proceso fue monitoreado por funcionarios de la Oficina de Responsabilidad Administrativa del gobierno, brazo investigativo del Congreso. En su interior, una enorme balanza está rodeada por 122 jaulas azules que contienen alrededor de 530 mil barras de oro, 34.021 pertenecen a Estados Unidos y el resto a otros países. El equipo auditor contó lo guardado por Estados Unidos y seleccionó más de 350 barras de las cuales extraer muestras para su análisis. Sucede que la auditoría fue demasiado “selectiva”, solo una muestra entre 100 fue analizada. El grueso de la reserva es mantenido en otros lugares como Fort Knox, West Point y la Casa de la Moneda en la ciudad de Denver. En estas tres ubicaciones se mantiene el 95 por ciento del oro en lingotes del país. Personalmente, no hemos encontrado ninguna información que confirme que la auditoría y los análisis se han efectuado allí. De manera que el promedio real podría no ser de 1 a 100 sino de 1 a 1000.

Resulta muy extraño que toda la auditoría se haya reducido a lingotes de tungsteno. Para este propósito, el ultrasonido sería suficiente, no habría necesidad de perforar. Toda la reserva de la Tesorería pudo haber sido rápidamente analizada mediante el ultrasonido y así reducir el gasto. A nuestro modo de ver, Estados Unidos montó un show que podría mantenerse durante docenas de años y costar mucho (cada vez que se perfora se pierde oro y aumentan los gastos). En la realidad el ultrasonido y la perforación constituyen una parte importante de la auditoría pero no es la parte decisiva. Lo principal es el estudio de la documentación, aclarar qué fue lo primero, qué transacciones financieras y comerciales se han realizado con el oro del estado. Sobre esto nadie ha planteado ni siquiera indirectamente una duda, ni siquiera Ron Paul.

De manera que ¿cuál es la relación que tiene esta “limitada” auditoría con el “fin del mundo”? Algunos sostienen que el perforado de lingotes se terminó el verano pasado pero aun no hay resultados a la vista. En ese entonces había una frase que aparecía en los medios norteamericanos que decía “El Departamento del Tesoro hasta ahora se ha negado a publicar lo revelado por la auditoría, diciendo que los resultados serán dados a conocer a fines de año.” En todo caso, no se trata de enero del 2013 sino de diciembre del 2012. ¿Qué significará todo esto?

Durante este otoño mucho se ha comentado acerca de la decisión de Alemania de transferir su oro en el extranjero de regreso a su territorio. Alemania es el segundo más grande tenedor de reservas en oro con unas 3.400 toneladas –3.396 para ser precisos—evaluadas en unos 190 mil millones de dólares a la tasa actual. El grueso del metal amarillo se mantiene en el extranjero, el 31 por ciento se mantiene en el país mientras que el 45 por ciento se guarda en Estados Unidos, 13 por ciento en Gran Bretaña y el 11 por ciento en Francia. El parlamento alemán planteó el problema de repatriar las reservas en el mes de enero pero, de manera inesperada los planes se hallaron frente a una tozuda resistencia. Hay alguien a quien le disgusta profundamente la idea.

El Banco Central de Alemania, tenedor oficial de las reservas de oro, se demostró como la primera línea de resistencia. El parlamento no tenía suficiente autoridad para iniciar el procedimiento para la repatriación. De manera reacia si inició el proceso solo después que el Tribunal Federal alemán tomó la decisión y ordenó realizar una auditoría de las reservas mantenidas en el exterior iniciando la transferencia de pequeñas cantidades hacia el país para ser fundidas y transformadas en barras estándar con el objeto de comprobar su autenticidad. En total, el proyecto contempla la repatriación de 150 toneladas durante los próximos tres años y probar la calidad y peso de las barras de oro.

El Sistema de la Reserva Federal, que mantiene el oro nacional en sus bóvedas se ha convertido en la segunda línea de resistencia a Alemania. Al comienzo, la oposición fue solo verbal. Por ejemplo, se empleó el CNBC (1) bajo influencia oficial, el Editor Jefe de CNBC.com John Carney, publicó un editorial conteniendo una declaración muy interesante diciendo “no importa un ápice si el Banco de la Reserva de Nueva York tiene el oro del Banco Central de Alemania o si el oro es puro. Mientras él esté allí, para todos los efectos prácticos en que se le quiera emplear. Este puede ser vendido, puesto en usufructo, empleado como colateral, utilizado para liquidación de pasivos, incorporado como capital bancario, dando lo mismo si este existe o no.” Luego agregó “Como dije anteriormente, para casi todos los propósitos operativos imaginables, la existencia real del oro en Fort Knox o en las bóvedas bajo el Banco de la Reserva Federal de Nueva York en su sede central de calle Liberty, es irrelevante. Lo que realmente importa aquí es la contabilidad. Mientras la Federal diga que el Banco Central de Alemania es dueño de tantas toneladas de oro, el Banco Central de Alemania puede actuar como si tuviera el oro, aunque el oro de algún modo haya sido tragado por un agujero galáctico que se alimenta de oro.” Según él “Estoy seguro que los funcionarios del Banco Central de Alemania entienden esto muy bien, aunque el Tribunal Auditor de Alemania parece que no. Nada se conseguiría haciéndole inspección al oro. Si está todo allí y si es puro, esto no difiere de una inexistencia no descubierta. Pero si el oro no estuviera allí, bueno, sobrevendría una calamidad ya que la confianza de los depositantes en el banco central se evaporaría de manera instantánea.”

El “desaire” imposibilitó a los alemanes a suspender sus insistentes demandas por la devolución del oro. Luego se mencionaron nuevos argumentos como ser la fuerza de la naturaleza, por ejemplo. En el mes de octubre del 2012 la costa este de Estados Unidos fue golpeada por el huracán Sandy, también fue golpeada Nueva York. Los “conspiracionólogos” comenzaron a hacer insinuaciones en el sentido que el huracán fue hecho por el hombre, alguien lo necesitaba así y para ese alguien las bóvedas subterráneas del Banco de la Reserva Federal de Nueva York en Manhattan fueron el primer blanco a ser demolido, destruido por la inundación. Respecto a este asunto, los medios de comunicación norteamericanos son un tanto confusos, por ejemplo, el Daily Bail (2) el cual forma parte del imperio CNBC publicó el 30 de octubre del 2012 lo siguiente: “En una conferencia de prensa apresuradamente convocada, el Presidente de la Reserva, Ben Bernanke, anunció el lunes a la noche que la explosión en el ConEdison (3) en Nueva York había destruido por completo las bóvedas subterráneas donde se guardaba todo el oro alemán, por lo tanto eso anulaba todos los intentos de Alemania por repatriar su oro. Jon Hilsenrath del Wall Street Journal informó que las reservas de oro no estaban aseguradas.”

Los medios controlados por la Reserva Federal crearon una “imagen informativa” del desastre natural. En realidad solo hubo rachas de viento, vientos fuertes y lluvia ligera en Nueva York mientras que el huracán se desplazó devastadoramente hacia otras partes el día lunes.

En Internet aparecen múltiples y graciosas fotografías recreativas tomadas por el público que muestran la “naturaleza enloquecida”. Según informaciones oficiales, el número de muertos fue de 13 entre Canadá y Estados Unidos. ¡Tratemos de comparar esto especialmente con otro país afectado! Por ejemplo en el pequeño poblado ruso de Krymsk la tasa de muertos fue de entre 150 y 170. Hablando de la explosión en la usina ConEdison y sobre los millones de usuarios que quedaron sin electricidad, afloran sólidas razones para creer que fue “artificial.” Una suerte de 11 de septiembre en miniatura.

Es una lástima que no se hayan dado mayores detalles sobre las bóvedas de Manhattan. Ni siquiera el Sistema de la Reserva Federal salió a la palestra con declaraciones tranquilizantes señalando que todo estaba bien, que las bóvedas serían reparadas y el oro sería devuelto. Ominoso silencio. Alemania tampoco dice una palabra. Existe una bronca en el aire. Aparentemente, Bernanke no tiene intención de devolver el oro a los alemanes o quizás ¿será que no hay nada que devolver? ¿Qué otros “desastres naturales” tendrán bajo la manga?

Alguien en Estados Unidos pareciera ser lo suficientemente experimentado en el montaje de “desastres” de este tipo. Por ejemplo, el 11 de septiembre del 2001. Este evento podría indirectamente influir en la cuestión del oro alemán, como también sobre todo el oro guardado en las bóvedas de la Reserva Federal de Nueva York.

Primeramente, luego de la demolición de las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio, varias toneladas de oro almacenadas en bóvedas subterráneas desaparecieron (se trataba de oro de propiedad privada no perteneciente a ningún estado). Segundo, aun bajo los escombros, cierta documentación relacionada con una investigación sobre transacciones ilegales entre la Reserva Federal y la CIA también desapareció misteriosamente. En consecuencia, la investigación fue suspendida.

Finalmente, al año siguiente del 11 de septiembre, el diario alemán Neue Züricher Zeitung citó al legendario multimillonario, Warren Edward Buffett lanzando la predicción que el primer ataque nuclear terrorista en suelo norteamericano tendría lugar durante los próximos diez años. Esto sería en el 2012 ¡y quedaban unos pocos días! Si un artefacto nuclear estallara en Nueva York, luego entonces el oro se tornaría radioactivo y por ende Alemania perdería todo interés en repatriarlo. Si este fuera el caso, le daría algún significado a la predicción de Warren Buffett y el fin del mundo se haría realidad, aunque no lo fuera para la humanidad toda, por lo menos lo sería para los neoyorkinos. La verdad es que vivir cerca de la Reserva Federal está resultando muy peligroso.



1.- CNBC: Consumer News & Business Channel

2.- Daily Bail: National Debt & Deficit Portal

3.- ConEdison: Consolidated Edison (servicio de gas y vapor en N.York y Westchester)

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a157779.html

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

http://www.strategic-culture.org

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