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Especial Jesuitas, la mano que mece. Opus Judei

28 dic 13. Por donde quiera que te muevas y rebusques en los sótanos y las cloacas de la historia no contada te encuentras con ellos. Cuando abres una y otra vez la matrioska o muñeca rusa donde se oculta el verdadero poder mundial aparecen ellos. Allá donde un personaje histórico se movió o un cambio de rumbo de un país tuvo lugar, estuvieron ellos como sutiles instigadores: la Orden de los Jesuitas.

La crónica del siglo XX y el acontecer actual de comienzos del XXI es el calco casi exacto de los Protocolos de los Sabios de Sión (ver aquí), texto aparecido a finales del siglo XIX atribuido al sionismo, negada su autenticidad, sea cual sea, pero cumplidas las predicciones que figuran en su contenido.

Monita Secreta es un texto elaborado para guiar el comportamiento que un jesuita debe adoptar en su quehacer diario para ser un auténtico soldado de la Orden (ver aquí). Ellos lo niegan aunque se descubriera en uno de sus conventos.

El juramento jesuita es un texto militar, duro y de un trasfondo perverso que debe acatar cada miembro de la Orden. Su filosofía es más propia de un ejercito de milicias que de una supuesta orden religiosa. Ver vídeo:



Estuvieron detrás de la Revolución Francesa (ver aquí) escondiendo su presencia lanzando el libro "Memorias para servir a la historia del Jacobinismo" (ver aquí) del jesuita Augustin Barruell para desviar la visión histórica hacia la masonería illuminati de Adam Weishaupt que en la realidad fue la ejecutora mas no la autora intelectual. Instigaron el marxismo y la Revolución Soviética a través de la financiación de Carlos Marxs por el brazo financiero de la azquenazi Casa Rothschild (ver aquí). Tanto masonería como sionismo son capas de la misma cebolla.

El mismo Napoleón, en sus memorias, escribiría:
"Los jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despótico ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mundo bajo la voluntad de un sólo hombre [El Superior General de los Jesuitas] El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos y, a la vez, es el más grandioso y enorme de los abusos".

John Adams, segundo presidente de los EEUU diría más tarde:
"No me agrada la reaparición de los jesuitas. Si ha habido una corporación humana que merezca la condenación en la tierra y en el infierno es esta sociedad de Loyola. Sin embargo, nuestro sistema de tolerancia religiosa nos obliga a ofrecerles asilo".

España ha sido lugar clave en sus maniobras, desde la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, conocidos como Templarios, fundados por 9 familias merovingias, que tras su disolución por Clemente V en el año 1312 se refugiaron en Ordenes menores como Calatrava o Montesa, hasta su refundación en 1539 con el nombre de Compañía de Jesús de manos del Caballero Ignacio de Loyola y disueltos en 1773 por Clemente XIV. Llama la atención que tres años más tarde Adam Wheishaupt, un jesuita, fundara los Iluminados de Baviera (ver aquí) , que al día de hoy sirven de fachada o capa de cebolla a los jesuitas.

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Este descubrimiento es para mi novedoso porque documenta la influencia jesuita en el fundador del Opus Dei. Reproduzco un capítulo de un libro que es una joya: "Opus Judei" (ver aquí). Editado muy lejos de España, en Colombia, bajo el anonimato de su autor, desnuda a la secta Opus Dei con testimonios reales y datos bien documentados sobre su fundador Escrivá de Balaguer. Cabe recordar que en el actual gobierno de Mariano Rajoy figuran varios miembros de la secta Opus Dei (ver aquí)


Influencia de los Jesuitas en el Opus Dei

Escrivá recibió una influencia jesuitica por un doble vínculo. Su confesor inicial del que recibiera "el primer estímulo para la Construcción de la Obra se lo dio a José María un miembro de la Compañía de Jesús" (186), el padre Valentín Sánchez. La relación entre el Escrivá joven y su consejero espiritual, el jesuita padre Sánchez, fue al principio íntima, cordial, fluida, en plena compenetración. Del padre Sánchez recibiría unos consejos y una enseñanza que jamás olvidaría.

La amistad entre confesante y confesor perduró hasta 1940, año en el que tuvo lugar "un borrascoso encuentro, después de que el padre Sánchez leyera la documentación que Escrivá pensaba someter al estudio del obispo, criticó duramente algunos artículos de los Estatutos y despidió poco amigablemente a Escrivá" (187). Aquel año Escrivá cambió de confesor, de Sánchez a Portillo.

El segundo vínculo de inspiración para Escrivá que recibió de los jesuitas fue el descubrimiento de un texto publicado por primera vez en Paderborn, en Westfalia en 1661, conocido como Monita Secreta, donde se recogen las instrucciones secretas de los jesuitas. Era uno de sus textos predilectos, lo conocía muy bien, lo estudió, Io devoró, le inspiró. Cabría pensar que los dos libros que más decisivamente conformaron la voluntad de Escrivá en los anales previos a la fundación del Opus Dei fueron EI libro del Kahai de Jacob Brafmann y Monita Secreta de los jesuitas.

Sobre los jesuitas se han escrito muchos volúmenes, pero quizá todavía esté por escribir un estudio exhaustivo de las concomitancias judías dentro de la Compañía de Jesús; Julio Caro Baroja, en el volumen segundo de su obra "Los judíos en España", escribe:

"es sabido que en pleno Siglo XVII los hijos de los conversos y aún judaizantes, estudiaron a menudo con los jesuitas de las diversas ciudades, donde estos tenían Colegios y que de eIIos salieron hombres que de un Iado poseían una sólida educación talmúdica y de otro, profundos conocimientos escolásticos, como Isaac Cardoso, e| apologista de IsraeI" (188).

Nos sigue narrando el insigne antropólogo cómo "entre jesuitas y judíos había ocultas y estrechas relaciones y en suma, Ia Ilamada moral jesuítica era una moral talmúdica" (189).

No hay que olvidar que según el padre Miguel Marcos ­- alIá por los años 1593 - de los 27 jesuitas que habían firmado memoriales contra Ia organización vigente de Ia Compañía, no menos de 25 eran Cristianos nuevos, incluido Acosta, como tampoco, a este respecto, tiene que pasar desapercibido, que el segundo "Papa Negro", el "General de Ia Compañía de Jesús“ después de San Ignacio de Loyola, el Padre Lainez, era de raza judía.

De los jesuitas Escrivá tomó el patrón para su Obra al querer a su semejanza crear un instrumento pasivo y obediente que se extendiera por el mundo entero para su dominio, que al igual que los jesuitas, en su futura organización todos sus miembros caminaran a la voz de su mando, como soldados disciplinados.

Para Escrivá fue una gran revelación conocer la cartilla, sólo conocida por los miembros superiores de la Orden jesuita y esto después de asegurarse que no se comunicaría nada de su contenido a nadie y que se renegaría del mismo si ello conviniere a la Compañía, llamada Monita Secreta.

El manual de las instrucciones secretas no fue nunca impreso, era manuscrito y se encontró, por manos profanas, por primera vez en París, en el convento de los jesuitas, escrito por la mano del erudito Brothier, que era el bibliotecario de la Compañía. Su texto concuerda íntegramente con el que más tarde se encontraría en la Casa de Ruremonde, en Bélgica y que fue consignado en el Tribunal de Justicia de Bruselas cuando los jesuitas fueron expulsados del país...

La unidad del texto de estas instrucciones secretas, sólo conocidas por los principales miembros de Ia Compañía, eliminan cualquier duda sobre su autenticidad. Ch. Sauvestre publicaría en Francia, en 1861, una edición de Ia Monita Secreta con comentarios muy interesantes y curiosos.

En España vio la luz por primera vez como apéndice de la Historia resumida de la Compañía de Jesús que escribió Fernando Garrido y se publicó en 1880.

En la Biblioteca de Río de Janeiro se encuentra un ejemplar manuscrito que fuera hallado en·el colegio de los padres de Ia Compañía de Jesús cuando fueron detenidos en 1720.

La redacción definitiva se atribuye al padre Claudio Aquaviva, cuarto General de los jesuitas y reformador de la Compañía basándose en las recomendaciones recibidas de sus predecesores.

Esas instrucciones posiblemente fueron una fuente de inspiración y una herramienta inestimable en manos de Escrivá. Vamos a seleccionar algunas de las disposiciones que se aplican y se enseñan en el Opus Dei. En esta selección se constata cómo Escrivá plagió, copió literalmente, puso en vigor y consumó las Instrucciones que había aprendido en su manual de Monita Secreta. Sin este texto hubiera sido para él difícil iniciar la andadura del Opus Dei: (ver aquí el texto completo de Monita Secreta)



186 Revista 30 Días. Marina Ricci. NO. 5, mayo 1990. p. 16.
187 id. ăć.p. 17.
188 Julio Caro Baroja. Los judíos en España. Volumen II, p. 252.
189 id. id. p. 253. Véase por ejemplo René Fulop Miller, El poder y el secreto de los jesuitas. pp. 216-221. Esto Sin contar libros no exentos de interés como el de S. Pey Ordeix, Jesuitas y judíos ante la República.

Nota de ArucasBlog: El pueblo judío merece todos nuestros respetos y lo consideramos víctima de un monumental engaño. Quien mueve los hilos es el sionismo, un movimiento POLÍTICO NACIONALISTA que domina al judaísmo.

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