1 nov 15. A las sospechas que rodean a las ondas electromagnéticas y su influencia en la salud se suman desde otros ámbitos más conspirativos su utilización a través de HAARP y de antenas de todo tipo que nos rodean para alterar nuestro estado emocional. A los ya conocidos y constatados proyectos MK Ultra de la CIA para tomar posesión de la voluntad de una persona y utilizarla para sacudir a la población como asesinos solitarios, además de manejar la mente de altos ejecutivos y de políticos importantes, se sospecha que este tipo de ondas y sus infraestructuras vienen siendo manejadas para apaciguar las masas y evitar estallidos sociales contra esta dictadura mundial impuesta a través de la economía.
La película Mentes Cautivas está basada en un hecho real en que la CIA utilizó las antenas de un barrio de New York para experimentar con la población causándole emociones tan dispares como violencia o apatía.
Las torres GWEN (Ground Wave Emergency Network o red de urgencia por ondas terrestres), pueden verse por todas partes, desde nuestras casas hasta las oficinas y edificios de cualquier ciudad. En Estados Unidos se descubrió que:
"las ondas geomagnéticas naturales de la tierra son sustituidas por ondas de muy baja frecuencia (OMBF) creadas artificialmente a partir de torres GWEN. Estas torres GWEN forman una red de emisores erigidos cada 320 Km. en el territorio de Estados Unidos. Permite modificar el campo electromagnético específico en cada zona por medio de un espectro de ondas adaptadas.
Estados Unidos está inmerso en ese campo magnético que alcanza una altura de 175 metros sobre el suelo y que penetra incluso en los sótanos de las casas. Así se asegura que cada persona está controlada mentalmente. Estas redes completas de ondas de suelo artificiales se extienden a través del país como una tela de araña." (Amplio reportaje sobre las torres GWEN)
Recientes investigaciones realizadas por científicos de la universidad británica de York en conjunto con un grupo de profesionales de la UCLA, reclutaron a 39 estudiantes universitarios con un perfil políticamente moderado para un estudio muy revelador que afianza las sospechas antes citadas y que pueden leer a continuación:
Energía magnética: más tolerancia con inmigrantes y menos fe en Dios
Según una investigación con energía magnética, un tercio de los sujetos que participaron de la proyecto resultaron ser más tolerantes con los inmigrantes y aseguraron creer menos en Dios.
¿Qué pasaría si la fe en Dios y los prejuicios contra los inmigrantes pueden ser alterados con energía magnética? Esta es la pregunta que este grupo de científicos se hizo en un trabajo publicado en la revista Neurociencia Social cognitiva y afectiva. Este tipo de experimentos científicos con “energía magnética” es realizado mediante estimulaciones magnéticas transcraneales, un procedimiento no invasivo realizado con una bobina de metal que emiten impulsos al cerebro del paciente. Con esa energía, se activan ciertas regiones del cerebro, método que es utilizado para medir el daño de un derrame cerebral y en menor medida pero en paulatino aumento, en el tratamiento de casos de depresión. En el marco de esta investigación, los científicos trataron de hacer lo opuesto, es decir, desactivar temporalmente una parte del cerebro (la que responde a las amenazas) y medir su efecto sobre las creencias y los prejuicios vinculados con ellos.
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos de la universidad británica de York en conjunto con un grupo de profesionales de la UCLA, reclutaron a 39 estudiantes universitarios con un perfil políticamente moderado. Este grupo fue dividido en 2. El primero de los grupos fue sometido a una simulación transcraneal magnética que no producía ningún efecto en el cerebro de los participantes y la otra mitad fue expuesta al mismo estímulo pero lo suficientemente fuerte como para apagar temporalmente un segmento específico de la parte posterior medial de la corteza cerebral. Esta parte del cerebro cercana a la frente, conocida como PMFC por sus siglas en inglés, es la que identifica los problemas y después de medir el nivel de amenaza, genera una respuesta para cada uno de ellos.
Lo primero que se registró fue el efecto del cierre temporal de la parte del cerebro que forma juicios basado en amenazas. Luego de recibir las dosis de estimulación transcraneal magnética se les pidió a los participantes responder preguntas sobre su propia muerte. Según estudios anteriores, pensar en la muerte de uno mismo puede afectar directamente la creencia de una persona en la religión. Un modelo parecido fue utilizado para testear los niveles de prejuicio para con los inmigrantes. Los participantes recibieron dos cartas escritas por inmigrantes, una de ellas elogiando el país y la otra con fuertes críticas. En el caso de la religión, la hipótesis teórica sugería que, suspendiendo la actividad de esa región específica del cerebro, la necesidad de la creencia en Dios se vería reducida y en el caso de los inmigrantes, los sujetos serían menos influenciados por las cartas negativas.
En los dos casos las hipótesis fueron corroboradas. En los participantes que fueron expuestos a la energía magnética un 32.8 % expresan menos creencia en Dios, los ángeles o el cielo y el 28.5% mostró una respuesta positiva hacia el inmigrante que fue crítico con los Estados Unidos, comparándolo con el grupo de control.
Keise Izuma |
Uno de los objetivos de esta investigación era saber si una región del cerebro que está relacionada específicamente con la resolución de problemas concretos también estaba implicada en la solución de problemas abstractos tocados de cerca por la creencia o la ideología. Izuma aseguró que “la decisión de traer la “muerte” al cuestionario fue motivada por una investigación previa que sugería que la gente busca consuelo en la religión cuando se presentan temas relacionados con la muerte”. El científico agregó que “como era de esperar, se encontró que cuando experimentalmente se apaga una parte de la corteza posterior frontal medial, la gente estaba menos dispuesta a llegar a ideas religiosas de consuelo a pesar de hablar de su propia muerte”. Con respecto a la inmigración, según los profesionales, fue una amenaza menos concreta pero que al percibirla como venida desde el exterior, la reacción es diferente y se responde a esa amenaza aumentando los valores de grupo, entre otros, los religiosos, que al estar anulados por la energía magnética, fueron tolerados de mejor manera.
Colin Holbrook, uno de los autores principales de este artículo expresó que los resultados observados son un buen primer paso. Holbrook asegura que los resultados son llamativos pues dan la idea que los mecanismos cerebrales utilizados para combatir las amenazas directas y concretas son reutilizados para reaccionar frente a las amenazas ideológicas. Según el científico, la tarea es seguir investigando para entender exactamente cómo y porqué las creencias religiosas y las actitudes etnocéntricas se redujeron en el experimento.
http://www.rcinet.ca/es/2015/10/15/energia-magnetica-mas-tolerancia-con-inmigrantes-y-menos-fe-en-dios/
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